En contexto: Análisis de la inflación en tiempos de pandemia
- bloglamanovisible
- 4 jun 2020
- 7 Min. de lectura

La inflación, formalmente, es el aumento generalizado de los precios en una economía en un determinado periodo. Las causas son muchas y complicadas de entender, sin embargo, hasta la persona menos familiarizada con temas económicos entiende los efectos de esto en su vida. Puede que no esté al tanto del valor que publica el DANE cada mes, pero sí lo percibe cuando, con el mismo salario, se reduce (o aumenta) la canasta de bienes que puede consumir. Aunque, si el cambio es marginal (palabra sofisticada para decir imperceptible), pueden pasar meses sin sentir que los precios cambiaron, hasta que en una conversación con amigos de infancia sobre el costo de un pastel Bimbo y una gaseosa que se compraban ambos por $1.500, se note que ahora solo alcanza para el primero, concluyendo apresuradamente que “cada vez todo es más caro” y que “todo tiempo pasado fue mejor”.
El dato de inflación para Colombia ha estado relativamente controlado, girando en torno a la meta de largo plazo del 3% establecida por el Banco de la República, y dentro de la banda de tolerancia de inflación del 2% al 4%. Sin embargo, a inicios de marzo, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó al Covid-19 como pandemia mundial, la historia parecía cambiar por completo. En primer lugar, la inflación continuó aumentado, pasando de 3,62% en enero a 3,86% en marzo. Por otro lado, el 24 de marzo, el gobierno declaró emergencia sanitaria en Colombia, cerrando fronteras y declarando cuarentena nacional obligatoria. La consecuencia inmediata fue el sentimiento de temor por parte de los consumidores ante un posible desabastecimiento, generando grandes aglomeraciones para comprar productos. Esto, a su vez, hizo que el gobierno interviniera controlando el volumen de compra y la especulación de precios.

En el contexto internacional ocurrían dos hechos importantes: 1) No acuerdo de cuotas dentro la OPEP, creando sobre oferta que presionó el precio de petróleo a la baja; hecho que todos notamos cuando el barril de petróleo Brent pasó de 58 dólares en febrero a 32 dólares en marzo. 2) La economía mundial se estaba contrayendo, producto de la pandemia del Covid-19 que obligó a la suspensión de gran parte de la actividad productiva. Ambos efectos, se veían traducidos en una mayor devaluación del peso colombiano; ese mismo mes el tipo de cambio superó los 4mil pesos. Lo anterior podría impactar la inflación, producto del Pass-Through cambiario, por un aumento en el costo de insumos importados que encarecen la producción, o simplemente aumento en el precio de productos importados consumidos en Colombia.
Todo esto junto, sumado a la tendencia alcista de los precios que traía el país en marzo, parecía crear el cóctel perfecto para un aumento en espiral de la inflación de abril. No obstante, para sorpresa de muchos, el valor de la inflación fue de 3.5%, cifra muy alejada de lo que esperaban los analistas y menor al 3,8% del mes anterior. Por esta razón, considero importante explicar este valor y la intuición detrás de este, evitando así malinterpretaciones (como en redes sociales se leía, cuestionado la veracidad) y un mayor entendimiento de la economía, a través de este indicador macroeconómico.

Primero empezaremos con una pequeña explicación de cómo se calcula. El nivel de precios, se mide a través del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el cual se construye a partir de los precios de una cesta predeterminada de bienes y servicios que consume una familia promedio, midiendo la variación de precio de cada uno, respecto a una muestra de la misma cesta tomada en un año base. Para conocer cuánto aumentaron los precios, se calcula la variación mensual del valor del IPC del mes_t respecto al mes_t-1. Entonces, el valor anual de la inflación es el resultado de la suma de todas las tasas de crecimiento mensual del IPC en el año. Por tanto, si el valor de la inflación aumenta (disminuye), quiere decir que las variaciones que tuvieron los precios de la economía en todo el año hasta ese mes x son mayores (menores) a las variaciones que se tuvo en ese mismo periodo un año atrás. Así, podemos ver que este instrumento sirve para determinar la pérdida del poder adquisitivo del peso.
Teniendo esto claro, debemos entonces preguntarnos qué productos variaron sus precios. Según el reporte del DANE, para abril los bienes de mayor variación mensual fueron los alimentos y bebidas (2,04%), salud (0,51%), bienes y servicios diversos (0,22%). Mientras que los que tuvieron menor variación fueron educación (0,01%) y recreación y cultura (0,03%). Por otro lado, están los sectores que disminuyeron su nivel de precios, como información y comunicación (-2,97%), transporte (-0,89%) y prendas de vestir (-0,39%) .
Ahora, para entender la intuición del por qué cayeron (o crecieron poco) los precios de estos bienes que terminaron causando un menor nivel de inflación, recurriremos al modelo básico de Demanda Agregada y Oferta Agregada (DA-OA). Este modelo tiene la idea de que todo nivel de producción se da a un nivel determinado de precios, entonces, el equilibrio es el punto en el que los consumidores y productores están dispuestos a transar. La curva de oferta agregada se determina a través de lo que sucede con el salario y los costos de producción, por lo que la disposición a producir aumentará a mayor nivel general de precios, pues el margen de beneficio empresarial es mayor. Mientras que la demanda agregada, se determina por el equilibrio entre el mercado de bienes y de servicios y el mercado de dinero, en donde un mayor nivel de precios implica menor consumo y venta.

Antes de todo, quiero aclarar que esta entrada no trata de probar el modelo de OA-DA; este es solo un instrumento para pensar el problema. Tampoco se quiere hacer una mención, así sea tentador, a todos los choques que pudieron afectar a la oferta y a la demanda agregada, puesto que en el contexto actual son muchas variables las que están siendo afectadas y en diferentes magnitudes.
Con esta idea clara, revisemos ¿qué nos dicen los datos para la economía colombiana en abril de 2020 y la consistencia de estos con el menor nivel de inflación reportado? En primer lugar, el valor de crecimiento del PIB para el primer trimestre de 2020, el cual abarca marzo y por ende 6 días de tener al país en cuarentena, se registró un valor del crecimiento del 1,1%. Este valor fue inferior al dato de un año atrás (2,8%), interrumpiendo el proceso de recuperación del PIB (tasa de 1,8% en 2017 a 3,3% en 2019) que hacía estimar un crecimiento potencial del 4% para la economía en 2020. Este dato, estuvo explicado principalmente porque actividades como construcción cayeron -9,2%, actividades artísticas un -3,2%, explotación de cartera -3% e industria manufactura -0,6%. Mientras que el sector agrícola fue el que más creció con una tasa de 6,8%. Por estas razones. El Banco de la república estima un valor de entre -2% y -7% de variación del PIB de 2020.
En segundo lugar, se observa menor nivel de préstamos y, por tanto, menor nivel de gasto en inversión. Dado el nivel de riesgo con el que están operando los Bancos comerciales, estos han aumentado las exigencias para otorgar préstamos, incluso no han ajustado a la baja su nivel de tasas, pese a la inyección de liquidez (que ya discutimos en una entrada anterior) y la absorción de riesgo que el gobierno les ha otorgado a través de políticas tales como el aumento del Fondo Nacional de Garantías (FNG) y la disminución en el monto de comisión que se paga al FNG para respaldar cada crédito, que se situó en solamente el 25%. Por su parte, el Banco de la República ha desarrollado diferentes medidas entre las cuales la más significativa es la disminución de la tasa de interés de referencia, que para el mes de marzo tuvo su primer recorte en 50 puntos básicos (PB), y luego otros 50 PB en mayo, dejando la tasa de interés de referencia en 2,75% (la más baja de la historia en Colombia).

Tercer lugar, aumentó la tasa de desempleo: en el mes de marzo dicha tasa fue de 12,6%, mostrando que 1,58 millones de personas dejaron de estar ocupadas. Esta cifra no fue mayor, dado que el aumento de personas inactivas fue de 1,7 millones, mientras que 287.000 ingresaron al desempleo entre febrero y marzo. Ya para abril, esto se volvió más grave, el desempleo en ese mes cerró en 19%, con una variación de 5,3 millones de personas que dejaron de estar ocupadas, donde perdieron el empleo 1,5 millones de colombianos.
Cuarto lugar, hubo menor número de remesas: esta es una fuente de ingresos muy importante para las familias colombianas. Solo para poner en perspectiva, la cifra de remesas para el Valle del Cauca en 2018 fue de USD 1.666 millones, mientras que la cifra de exportaciones para Cali fue de USD 788 millones. En Colombia, el valor de las remesas que ingresaron en abril, cayeron un 55%, pasando de 572,5 millones en abril de 2019 a 253 millones en abril de 2020.
Quinto lugar, en cuanto al consumo, la variable que podemos analizar y que se encuentra disponible a la fecha, sería el Índice de Confianza al Consumidor (ICC) que mide Fedesarrollo, el cual pasó de -1,2% en enero a -41,3% en abril. Según este reporte, esto está explicado por la caída en la perspectiva que los consumidores tienen de la economía nacional, y caída en la percepción de la situación de su hogar. Esta última, cayó 31,9 puntos porcentuales frente al valor de abril del año pasado.

Ya con estos 5 puntos en el radar, vamos a encajar todas las piezas que hemos mostrado en el modelo de oferta agregada. Este modelo de DA-OA nos estaría indicando un menor nivel de producto y, por tanto, un menor nivel de inflación de equilibrio debido a que el efecto de reducción de la demanda agregada predominó sobre cualquier choque en la oferta agregada. En los datos observamos esto. En abril, el nivel de precio fue menor que meses anteriores, mientras que el producto creció a menor ritmo, a su vez que las variables macroeconómicas seguían está lógica de desaceleración, mayor desempleo, limitada inversión y menor consumo.
En conclusión, el valor de inflación de abril nos lleva a pensar que el país se encuentra realmente en una situación delicada, donde todas las señales del mercado están enfocadas en una desaceleración del producto. Por tanto, la hipótesis de que los datos son falsos queda descartado. Entramos entonces a alertar de la situación del país, en donde debe ser compromiso de todos reactivar la economía. Evidentemente, esta debe estar guiada e impulsada por todo el aparato estatal de manera que permita recuperar el crecimiento del PIB y el empleo, así como mejores niveles de inflación, tal como nos encontrábamos a inicio del año.
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