Especial La Pobreza I: Qué es, cómo se mide y dónde se encuentra
- bloglamanovisible
- 14 may 2020
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 28 may 2020

En el año 2000, a inicios de un nuevo milenio, los países miembros de las Naciones Unidas decidieron adoptar en el marco de la "Declaración del Milenio", ocho objetivos relacionados con el desarrollo humano y la construcción de una sociedad más justa que deberían ser cumplidos para el año 2015. El primero de ellos era "Erradicar la Pobreza extrema y el hambre". Más específicamente, se buscaba disminuir en un 50% el número de personas que se las arreglaban para vivir con un ingreso inferior a un dólar diario, así como también la cantidad de personas que padecen hambre (entre otros objetivos relacionados con el empleo digno). Si tenemos en cuenta que dichos objetivos reflejan lo que, a consideración de muchos expertos y población en general, eran los grandes problemas de la humanidad, veremos la magnitud del problema que es en sí mismo la pobreza.
En La Mano Visible queremos hacer más accesible para todos las ideas, conceptos y teorías que permiten entender las noticias económicas y sociales de actualidad. La pobreza es un concepto que nunca está fuera de los debates y siempre hay alguna noticia relacionada con esta problemática. Por eso queremos abordar este tema en una serie de entradas con el fin de propiciar un conocimiento y curiosidad mayor en nuestros lectores. Empezaremos abordando la siguiente pregunta: ¿Qué es la pobreza?
Muchos estamos acostumbrados a relacionar la pobreza con la carencia de recursos económicos. En este sentido, la pobreza sería el resultado de que parte de la población no tiene suficientes ingresos. Pero esta definición resulta muy limitada. Si interpretamos la pobreza en términos de falta de ingresos monetarios, es porque esto está relacionado con la capacidad de adquirir bienes y servicios. Estos bienes y servicios son preciados por las personas porque les generan bienestar: buena alimentación, servicios de alojamiento dignos, servicios de entretenimiento, salud, educación; todos estos representan un bienestar para quienes los consumen o disfrutan. Sin embargo las personas también valoran y se benefician de muchos elementos que no se transan en el mercado. Un ejemplo de estos son el medio ambiente saludable, la seguridad frente a distintas amenazas y la libertad de expresión o de culto. Por lo anterior es importante entender el concepto de pobreza desde una perspectiva más amplia. El Banco Mundial en su World Development Report 2000/2001: Attacking Poverty define la pobreza como un estado de "privación pronunciada del bienestar".

Si bien entender la pobreza desde este sentido amplio permite una comprensión más completa de esta problemática, en términos de medición es muy común tener la necesidad de aferrarnos a una definición más "monetarista”. Para medir la pobreza generalmente se emplean indicadores que se basan en distintas líneas o umbrales de pobreza. El Banco Mundial define la situación de pobreza extrema como aquella que enfrentan las personas que viven con menos de 1,90 dólares al día en Paridad de Poder Adquisitivo (PPA). La metodología de PPA se basa en la idea de que las diferencias de precios pueden afectar las comparaciones entre países en tanto capacidad de consumo de sus habitantes. Por ejemplo, el PIB per cápita colombiano puede ser menor al estadounidense, pero también lo es el nivel de precios en colombia; de esta forma, el emplear el tipo de cambio de mercado puede distorsionar la comparación entre el nivel de vida en ambos países. Este problema se corrige, en cierta medida, empleando, tasas de cambio ajustadas por PPA. Así, esta línea de pobreza se refiere, más que a una cantidad de dinero, a una cesta de bienes mínima determinada. En países de ingreso medio es más probable emplear líneas de pobreza de 3.20 y 5.50 dólares por persona al día.
La incidencia de la pobreza monetaria es la proporción de personas dentro de un grupo que posee un ingreso diario menor al establecido por una línea de pobreza dada. La línea de pobreza se ha venido moviendo a través del tiempo conforme se actualizan las estimaciones de la PPA. Sin embargo, debido a su propia construcción, estos cambios no afectan el nivel de consumo real debajo del cual una persona es considerada pobre.

Dadas las limitaciones del enfoque anterior es imperativo emplear otro tipo de medidas. Una de las más empleadas es el índice de pobreza multidimensional (IPM). Este índice, como su nombre lo indica, emplea información relacionada con distintas dimensiones asociadas al bienestar. El programa de las Naciones Unidas para el desarrollo calcula el IPM empleando indicadores relacionados con la salud, la educación y los estándares de vida. A cada dimensión se le otorga un peso similar en el cálculo del índice y se le asocian varios indicadores, por ejemplo, el acceso a electricidad y a agua potable se emplean como indicadores de los estándares de vida de las personas que integran un hogar. Si el hogar incumple más del 33% de los criterios es considerado pobre, si incumple más del 50% se considera en la pobreza extrema. La metodología de medición del IPM que realiza el DANE en colombia es un poco diferente, ya que tienen en cuenta 5 dimensiones: i) condiciones educativas del hogar, ii) condiciones de la niñez y juventud, iii) trabajo, iv) salud, y, por último, v) servicios públicos domiciliarios y de vivienda. Cada una con sus respectivos indicadores. La forma de clasificación entre pobre y no pobres y entre pobreza y pobreza extrema es, sin embargo, similar a la descrita anteriormente. La incidencia de la pobreza multidimensional se calcula como el número de hogares pobres (o extremadamente pobres) definidos según sul IPM sobre la población total.
Estas formas de medición de la pobreza, en cierta forma han marcado la forma en que los gobiernos y otras organizaciones combaten este problema. Basados en el enfoque monetario, muchos hacedores de políticas plantean que el fin de la pobreza a nivel mundial se basa en el crecimiento económico. Esta idea se justifica por el hecho de que, en los países desarrollados, la pobreza extrema prácticamente ha desaparecido, incluso, algunos países en desarrollo con un alto crecimiento económico han logrado avances considerables. Bajo este enfoque, propiciar el crecimiento económico y el empleo debe ser el objetivo base de la política económica contra la pobreza. Ejemplo de lo anterior es China que redujo la tasa de incidencia de la pobreza de 66.2% en 1990 a cerca del 11% en el 2010 y 0,5% para el año 2016 gracias a que durante este periodo mantuvieron tasas de crecimiento excepcionales. Por otro lado, la región del África subsahariana no presenta un panorama muy alentador. En 1990 el 54% de la población vivía por debajo de la línea de pobreza extrema, en el 2015 la situación era un poco mejor: 42% de la población no tenía acceso a los bienes más básicos para la existencia humana.

De hecho la región de África subsahariana y Asia meridional son las regiones donde se concentran la mayor parte de los pobres (según la metodología de línea de pobreza). En esta última región se destaca la India, considerada como la mayor democracia del mundo, que aún presenta grandes problemas de pobreza endémica. El caso de India es paradigmático, puesto que en los últimos años este país ha avanzado hacia la consolidación de la industria de la información y las telecomunicaciones. Muchos alzan la vista hacia su sistema de castas que sirve como forma de clasificación social rígida generando que aquellas castas consideradas inferiores tengan pocas oportunidades de salir adelante (pese a los esfuerzos del gobierno). Todo lo anterior se une con una población enorme y creciente, que hace cada vez más difícil la tarea de superar la pobreza. África no se queda atrás, su historia está marcada por la violencia, legado de años de dominación extranjera que no permitieron la consolidación de Estados que asegurasen un mínimo de orden y otros bienes públicos.
¿Podría entonces decirse que el problema de la pobreza es un problema de crecimiento económico insuficiente? La cuestión no es tan simple. Es evidente que el hecho de que el ingreso agregado crezca no implica que, a su vez, el ingreso de los pobres va a crecer de igual forma. En la primera mitad del siglo XIX, durante el auge de la industria en europa y Estados Unidos, los salarios de los trabajadores se estancaron a pesar de que la economía crecía. El crecimiento económico puede aliviar las desdichas y desgracias de los más desfavorecidos si incluye a todos.

Para concluir, vale la pena mencionar la idea de que, si bien aunque muchas personas hayan salido de la pobreza, esto no quiere decir que sea imposible que vuelvan a caer en ella. La pobreza no solo es falta de recursos mínimos, también tiene que ver con la vulnerabilidad a la que se enfrentan las personas que saben que la mala suerte, una mala decisión, un mal momento, pueden afectar su capacidad de obtener lo básico ya que la incertidumbre que esto genera afecta gravemente el bienestar. En medio de esta crisis global se estima que muchas personas regresan a la pobreza. El retroceso sería enorme. De nosotros y de nuestros gobiernos depende lo que ocurra de aquí en adelante.
En la próxima entrega de este especial, dedicado a la pobreza, hablaremos de las soluciones y teorías que intentan explicar cómo puede combatirse este problema desde la economía del desarrollo. Este tema despierta debates muy interesantes que queremos compartir con todos ustedes.
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