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¿Es suficiente el ODS 8 para lograr el trabajo decente de las mujeres jóvenes según el PDM de Cali?

  • bloglamanovisible
  • 3 sept 2020
  • 6 Min. de lectura

La agenda 2030 en el mundo busca replantear los modelos económicos, sociales y ambientales actuales. Construida en 2015 a partir de las experiencias obtenidas de los Objetivos del Milenio, es mucho más ambiciosa, duplica las metas de la anterior agenda e incluso es más abierta en sus planteamientos. Esto la ha convertido en una agenda absolutamente necesaria, pues no solo la deja a responsabilidad de los gobiernos, sino que incluye a todos los actores que podrían incidir en la reducción de la desigualdad y la pobreza. Sin embargo, sus lineamientos no son suficientes a la hora de plantear políticas ligadas con cada meta, por eso se dice que resultan ser una utopía, un grupo de buenas intenciones.

El CONPES 3918 de 2018 es la hoja de ruta para los actores públicos y privados que intervendrán a lo largo de ese periodo y es una de las bases principales para la creación de los planes de desarrollo regionales y locales en 2020 vigentes durante 4 años a partir del siguiente año (2021). Por ello, es importante que cada plan sea diseñado y revisado a la luz de las metas de los ODS.

El ODS 8 plantea promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos. Este incluye 8 metas, de las cuales 3 se relacionan con el trabajo decente, juventud y sexo. En un sistema donde el género, la clase, la etnia son marcadores importantes que dan forma a las relaciones laborales, se vuelve imprescindible cuestionar aquella suposición problemática de que la mejora económica da como resultado una mejora social que incluye inequívocamente a las trabajadoras en sus diferentes rangos etarios. Sin embargo, hay dos aspectos que se pasan por alto en el ODS 8: en primer lugar, la parte del trabajo que permanece sin remuneración y, por lo tanto, no es incluido en el PIB; en segundo lugar, incluso donde se paga, el trabajo está segregado por género en el mercado laboral, es precario y está infravalorado en términos de salarios y condiciones de trabajo, es decir, persiste la desigualdad de género.

El Plan de Desarrollo de Cali 2020-2023 “Unidos por la Vida” se estructuró a partir de 4 dimensiones, 16 líneas estratégicos, 67 programas, 41 proyectos movilizadores, 63 indicadores de resultado y 676 indicadores de producto (Alcaldía de Cali, 2020), con una inversión total de 18,1 billones de pesos.

En Cali, el ODS 8 está concebido en 3 de las 4 dimensiones de este Plan. La primera de ellas, “Revitalización Socioproductiva”, contiene 39 indicadores relacionados al ODS 8, donde el 83% se halla en las líneas de internacionalización y territorio inteligente. No obstante, esta dimensión tiene la segunda asignación presupuestal más baja, representa solo el 7% del total. La segunda es la dimensión “Protección Solidaria de la Vida”, con 19 indicadores asociados al ODS 8 y una asignación presupuestal del 66%. No obstante, solo el 0,9% corresponde a la línea estratégica “Cali Corazón de las Culturas” que contiene el 79% de esos indicadores. En la tercera, la dimensión “Gobierno Interconectado e Incluyente”, que abarca 5 indicadores relacionados con el ODS 8, la asignación presupuestal fue solo del 2%. Si bien hubo una mejora en las asignaciones en comparación con el Plan 2016-2019, donde el presupuesto destinado al eje “Cali emprendedora y pujante” fue el más bajo de 4 -representando solo el 1,51% del total de inversiones-, los desequilibrios son bastante marcados.

La línea estratégica que más le apuesta a la problemática del desempleo juvenil femenino es la de Empleabilidad y Emprendimiento, específicamente su programa de Formación para la Empleabilidad con Enfoque Diferencial y de Género. Su objetivo es formar talento humano a la vez que se garantiza el acceso universal al empleo, eliminando las barreras asociadas a atribuciones socioculturales. Entre sus indicadores de producto está tener 4.270 personas formadas para la inserción laboral y el desarrollo humano con enfoque diferencial y de género, 10.000 personas fortalecidas en el emprendimiento empresarial y social con enfoque diferencial y de género, y 60 entidades públicas y/o privadas sensibilizadas en enfoque diferencial y de género.

En la dimensión Protección Solidaria de la Vida, los programas de Promoción, Prevención y Garantías de los Derechos de los Niños, Niñas, Adolescentes y Familias, y Cali Distrito Joven pretenden brindar atención diferencial a los y las jóvenes a través del fortalecimiento de sus competencias y de la oferta institucional, social y comunitaria para el acceso a las oportunidades. Dentro de sus indicadores de producto, se planea tener 40 jóvenes formados para el desarrollo del turismo, incrementar en 500 los estudiantes beneficiados con programas de articulación con Instituciones de Educación Superior, y en 200 los jóvenes y adultos en proceso de formación en artes populares y tradicionales.

Varios indicadores relacionados con el ODS 8 quedaron en el PDM 2016-2019 como de alta prioridad. Entre ellos, el desempeño sobre el porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan, que fue deficiente desde 2016 a 2019, ubicándose en ese último año en un 21,1%. Por otra parte, la tasa de desempleo femenina, que empezó con una buena cifra en 2016 (12,8%), en el periodo 2017-2020 se registró un desempeño deficiente, ubicándose en el primer trimestre de 2020 en 16,5%. No obstante, en el Plan se terminan reproduciendo muchas metas por inercia sin poner en la mesa las lecciones de la implementación de planes pasados.

Por ejemplo, los indicadores de producto relacionados con el enfoque diferencial y de género siguen siendo son muy poco ambiciosos si se considera que en 2018 la tasa de informalidad femenina superó en 8.5 puntos porcentuales a la de los hombres, que en ese mismo año el 51% de las mujeres se encontraban devengando salarios por debajo del mínimo frente a un 32% en el caso de los hombres, que la proporción de hombres que ganaban más del salario mínimo y menos de 4 millones era, en promedio, un 9% mayor, y que según los resultados de las estimaciones de Oaxaca-Blinder en el Boletín Económico 1 de 2019 (DNP, 2018), los hombres recibían un 26% más que las mujeres y cuando se analizó por edades, los jóvenes siendo hombres recibían hasta un 39% más que las mujeres jóvenes.

En una primera versión del Plan se habían trazado 8 indicadores que planeaban, entre otras cosas, tener 944 jóvenes participando de procesos de emprendimiento e iniciativas productivas, 400 jóvenes en alto riesgo participando en estrategias de sostenibilidad de unidades productivas, 800 jóvenes con apoyo a iniciativas sociales y productivas en el marco de la articulación de empresarios y gremios, 200 jóvenes formados en acciones para el reconocimiento del potencial y generación de rutas turísticas, y la conformación de una red de empresarios de jóvenes. Sin embargo, estos fueron eliminados de la versión final del Plan.

En el Plan de Desarrollo “Cali Progresa Contigo” 2016-2019 también se diseñaron programas que buscaban fomentar emprendimientos productivos con o para mujeres, jóvenes y trabajadores informales a través de un acompañamiento integral de orden financiero, administrativo, técnico y comercial. Estos estaban contenidos en el eje 4: Cali emprendedora y pujante; no obstante, según el Informe de Seguimiento al PDM de 2019 (Cali cómo vamos, 2019), tanto el eje 4 como el Eje 2 ‘Cali amable y sostenible’ registraron los niveles de cumplimiento más bajos entre los ejes del plan (49,0% y 58,7% respectivamente). Más concretamente, el programa sobre condiciones para la creación y desarrollo de Mipymes solo llegó a un nivel de cumplimiento del 20% a diciembre de 2018, dejando solo bien posicionado con un 82,1% de cumplimiento, al programa sobre proyección internacional de Cali como ciudad de eventos de talla mundial.

Para concluir, si bien los ODS han establecido una agenda amplia y ambiciosa bajo el lema "transformar nuestro mundo" y han sido un marco elogiado por muchos como una marcada mejora con respecto al enfoque de arriba hacia abajo de los ODM, que se consideraba impuesto por poderosos actores mundiales en los países en desarrollo, también ha habido fuertes críticos a los ODS. De hecho, como argumentan (Eisenmenger, et. al, 2020), la larga lista de objetivos está llena de contradicciones y no puede representar una visión del cambio completa y coherente; su agenda es en gran medida una agenda de desarrollo tradicional: continúa combinando sostenibilidad con crecimiento, industrialización con desarrollo y transformación con productividad, cambio tecnológico y eficiencia de recursos. En ese sentido, no es de extrañarse que las ciudades que construyen sus planes de desarrollo con base en estos sin cuestionar las estructuras subyacentes del capitalismo global logren generar cambios de muy poco impacto.

El seguimiento al Plan de Desarrollo de Cali en sus indicadores relacionados con el ODS 8 se sigue haciendo bajo la visión dominante en economía que ve a los mercados laborales como escenarios neutrales, es más, se sigue viendo el empoderamiento económico como un asunto aparte del empoderamiento político, por ejemplo, reportan avances en los indicadores que garantizan posibilidades de empleabilidad o emprendimiento, pero se descuida la consolidación de identidades políticas y niveles de conciencia de género planteados en otros indicadores.

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